6/1/18

¿Y no se cuscan?

Cuando uno era niño —allá por los… ¡ejem!— le contaban la milonga de los R. M. y no había más, y recibía los regalos —más bien pocos y sin pilas— el mismísimo día de reyes y uno se lo creía hasta los 8, 9 años, en casos precoces 7. Ahora es increíble que se sigan creyendo la trola teniendo, además de los reyes (de momento y todo se andará y vendrán las reinas magas —¿Melchora, Gaspara y Baltasara?—, por imitación y réplica, por aquello de la igualdad) al Santa Claus, al Papá Noel —ya se ha visto: Mamá Noela. No se ha oído, que yo sepa, Santa Clausa—, los regalos de navidad. Por otra parte ven en la tv y en películas a los mayores comprando como posesos para regalar, al tiempo que los mismos adultos reciben también regalos. Cabalgatas ubicuas: en el barrio, en la capital, en el pueblo donde viven y en los que no viven… De unos años para acá, también los telediarios han dado en contribuir al engaño con la tontuna de dar como una noticia más el que los reyes, o "el gordito de rojo", que decía aquél, han emprendido el viaje para llevar a los niños etc. Bueno pues aún así, los pequeños no se caen del guindo. Me maravilla.

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