3/6/13

Un día triste: el crimen de la Degeté contra el peatón se consuma

Hoy aparece la noticia en el periódico: Tráfico ultima la reforma del Código de Circulación. Una de las medidas previstas, que ya se venía oyendo desde hace tiempo, pero que uno tenía la —ligera— esperanza de que no llegara a perpetrarse, consiste en que "los ciclistas podrán circular por las aceras de más de tres metros de anchura". Nada, no ha habido forma, al final el lobby ciclista se ha salido con la suya, y la autoridad competente ha visto el cielo abierto: ¡más espacio para los coches!, ¡menos estorbos en la calzada! El crimen es enorme por mucho que dispongan que es en aceras de más de tres metros y aunque dispongan que la bicicleta tendrá que circular a no se qué distancia de la fachada y dar preferencia al peatón y no sé cuantas milongas por el estilo: el ciclista hará lo que le salga, de hecho ya está ocurriendo ahora aun sin estar legalizada la circulación por la acera, cuanto más cuando tengan la ley de su parte.
          Por si la medida no fuera suficientemente exasperante, de esas situaciones ante las que no uno se ve impotente contra la estupidez, la noticia comenta que la obligatoriedad de usar casco en la bici es "la novedad más controvertida" de la reforma del código. Fíjense no más: el peatón, ya suficientemente acoquinado en la ciudad, sufre un nuevo, y gravísimo, atropello en lo que debería ser territorio sagrado para él, y resulta que la medida más polémica es la del casco.
          ¡Qué cabronada de la Degeté y sus compinches, y qué sociedad borreguil a la que le importa un comino que las bicicletas circulen por las aceras!

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